El servicio de mensajes cortos o SMS surgió aprovechando recursos no utilizados de las redes de telefonía GSM. Así pues, y como no tenían coste extra para las operadoras, inicialmente los SMS fueron un servicio gratuito.

Lo que probablemente nunca imaginaron fue el uso masivo que iba a hacerse de ellos. Dada su popularización, y por el hecho de que comenzaron a utilizarse para remplazar llamadas, no fue demasiado lo que tardaron las operadoras en empezar a cobrar por este servicio. De hecho, supongo que la posibilidad de que un único SMS pudiese sustituir a una suculenta llamada, fue precisamente el motivo de adjudicarles un precio tan elevado. No obstante, y a pesar de su alto coste, el consumo de SMS no ha hecho más que aumentar año tras año. Sobra decir que con tanta demanda en ningún caso las operadoras se plantearon reducir su precio.

En la actualidad los SMS siguen costando 15 céntimos en España. Ha sido así desde siempre ya que anteriormente su precio era el equivalente de 25 pesetas. Teniendo en cuenta que un SMS puede tener hasta un máximo de 160 caracteres (bytes), la cruda realidad es que las operadoras se embolsan la friolera de 1 millon de euros por cada gigabyte de datos enviados.

Recordemos que un bono mensual de un gigabyte de datos vía 3G cuesta en España unos 25 euros.

Es decir, que los SMS tienen un sobreprecio de un cuarenta mil porciento, sí, un 40.000 % si nos ceñimos solo al coste por byte.

Para ilustrar esta abusiva desproporción me he tomado la molestia de preparar una gráfica:

Te recomiendo que hagas clic en la gráfica para que puedas verla en todo su esplendor (Deberás desplazarte ligeramente hacia la derecha para ver el final)

La realidad, además, es que las operadoras cobran los SMS por paquetes de 160 bytes (1 SMS), no por bytes, de modo que, en la práctica, el sobrecoste que supone para los usuarios es mucho mayor que el calculado, pero … dejémoslo ahí …

Para eludir la sangría que suponen los SMS, los usuarios de iPhone, y ya que pagamos la cuota mensual por el consumo de datos a la correspondiente operadora, podemos hacer uso de aplicaciones que sustituyen a los SMS y MMS entre usuarios de la misma aplicación.

De entre éstas, destaca WhatsApp. Simple y efectiva, permite enviar y recibir mensajes, que pueden incluir imágenes, vídeos, tu ubicación y chatear en tiempo real. Pero la característica más reseñable de WhatsApp es que encuentra automáticamente, y de forma transparente, a aquellas personas de tus contactos que la tienen instalada. Por tanto no tienes que preocuparte de quién la tiene o quién no, solo de usarla y de enviar o recibir mensajes.

Gracias a ella he podio despedirme desde hace meses de la estafa de los SMS.