Me encuentro en el aeropuerto de Asturias, en viaje de regreso de Fundamentos Web 2006. Tengo una hora hasta embarcar, así que aprovecho el primer momento de sosiego de la semana para ponerme un poco al día con el trabajo.

Me voy a conectar. Hay zona ADSL Wi-Fi de telefónica. Como suelo tener la suerte de encontrar siempre algún amable vecino que me presta su ADSL, nunca me ha hecho falta pagar por conectarme, salvo en el extranjero, cuyos vecinos son menos amables, más avispados, o sus ISPs más competentes. Bueno, abro el navegador y me aparece la web de conexión de Zona ADSL Wi-fi. Reviso las diferentes opciones de contratación. Ya de entrada el aspecto visual de la web lo dice todo. Me voy temiendo lo peor. Ojeo por encima el código, y lo confirmo. Todo un trabajo pofesioná, oiga. No obstante me dispongo a contratar un servicio de conexión pagando con tarjeta.

Primer intento

El navegador que utilizo por defecto es el Firefox. Le doy a contrátelo ya (¡qué cachondos! Al menos veo que tienen sentido del humor)

Se abre una ventana emergente (ya empezamos). Hay un formulario para cumplimentar. No se me informa de lo que cuesta el servicio, eso lo dejan para después de haberles enviado mis datos. Tengo que volver a la ventana principal para saber lo que cuesta en una página de información. Bueno. Ya lo sé. Vuelvo a la ventana emergente. Cumplimento el formulario. Le doy a solicitar. Me sale el carro de la compra. Introduzco los datos de mi tarjeta. Le doy a confirmar compra ¡Tachán! Clic, clic, clic. No funciona. JavaScript solo apto para IE a la vista.

A esta altura del proceso, telefónica ya ha perdido a todos aquellos clientes que circulan por los aeropuertos y zonas de negocio de toda España y que utilizan cualquier otro sistema que no sea Windows e IE. Seguramente más del 15% de l total de usuarios. Por no decir a las personas con problemas especiales de accesibilidad. Invidentes, por ejemplo.

¡Genial!

Segundo intento

Muy enfadado, pero todavía con pretensiones de conectarme abro a mi amigo el Explorer. Repito toooOOoodo el proceso. Cuando se abre la ventana emergente me aparece una alerta con un error aparentemente de seguridad. A estas alturas telefónica ha perdido a todo cliente, que pese a utilizar el S.O. y navegador que ellos exigen, tenga problemas de confianza con Internet y sus tarjetas de crédito. Vamos, unos pocos ¿O alguien con nivel de usuario va a poner su tarjeta en una web en la que se te advierte de problemas de seguridad? A estas alturas ya solo está tratando de conectarse a la super Zona ADSL Wi-Fi caperucita roja con su laptop PC con Windows y Explorer 6 instalado. Cumplimento el formulario, por segunda vez. Pongo los datos de la tarjeta, por segunda vez. Le doy a confirmar compra. Cuando aliviado creo que está todo hecho ¡Tachán! Aparece una extraña confirmación de compra que me informa de los productos que NO he contratado … Mmmm … ¿Qué NO he contratado? ¿Y por qué no lo he contratado, si yo quería contratarlo? Entonces leo un aviso que me informa de que la adquisición de productos on-line ¡tiene horario! (de 7:00 a 22:00) ¿A alguien se le ocurre mayor contrasentido? (Supongo que será el lapso de tiempo entre que Manolo, sale por la noche y apaga el servidor, pa por si acaso, y llega la Juani, de la limpieza, que tiene órdenes de darle al ON) Bueno. Después de la sorpresa inicial compruebo que estoy dentro del horario permitido. Pero, el texto informa que si te sucede dentro del horario que lo intentes de nuevo …

Tercer intento

He perdido ya, entre informarme e intentar conectar como unos veinte minutos. Estoy muy cabreado y ya no me quedan ganas de conectarme. Pero vuelvo intentarlo, sobre todo para ver si me encuentro con más sorpresas. Como el proceso se hace en una ventana emergente, sin barra de navegación, no puedo volver atrás. Bueno, sí, botón derecho, atrás, ¡Error! ¡Paso! Mejor repito todo el proceso desde cero. Vuelvo a la ventana principal. Vuelvo a abrir la ventana emergente. Cumplimento los formularios, por tercera vez. Compro … ¡Otra vez el error del horario!

Lo dejo

He perdido mucho tiempo, estoy cabreado, quiero gastar mi dinero con Telefónica, lo he intentado más de lo que lo hubieran hecho gran mayoría de usuarios, pero ellos no lo aceptan.

Adíos.

Una de las compañías más importantes de España, el teleoperador más importante del mundo en habla hispana, tiene un servicio a través de web incalificable. Muchísimo más que penoso. Triste. Lamentable. Inoperativo. Inútil. Mi equipo y yo, una microempresa, como otras tantas que hay en España, tenemos la plena capacidad realizar un producto infinítamente superior que el que ellos tienen. Que les haría ganar mucho, muchísimo más dinero. Y sobretodo, ¡no perderlo! Pero ellos, una multinacional, poderosísima, que maneja cifras que no caben en mi cabeza no es capaz. No quiere.

Aunque esto no ocurre solo en España. Una experiencia similar con Orange, en Francia, nos contó Molly E. Holzschlag en Designing for web 2.0.

Así van las cosas.