Portal vs. sitio web. Breve historia de los portales (¡y de internet!)

August 18th, 2007

Muchas veces me han preguntado por la diferencia entre un portal y un sitio web “normal”.

Mi respuesta es siempre: ninguna. En el fondo es como si tienes un Fiat Punto y te da por apodarlo Maserati. Nada va a cambiar en tu Fiat Punto por llamarlo Maserati. Lo único que puede pasar es que, si te lo tomas en serio y lo haces público, alguien se ría de ti.

Pero expliquemos de qué va todo esto de los portales desde el principio de los tiempos.

El origen de Los Portales.

Érase una vez, hace muchos muchos años, a principios / mediados de los 90, que internet, este medio que acababa de surgir para el gran público, estaba en sus cimientos (¡Qué digo cimientos! ¡Ni eso! ¡Era una ciénaga!) La información empezaba a proliferar, al igual que los servicios empezaban a aparecer, pero la dispersión informativa era absoluta. Apenas había medios para que los usuarios encontraran lo que querían. Comenzaban a idearse los primeros directorios, como Yahoo!. Pero ni tan siquiera éstos eran tan populares como para que la gente los conociera de memoria.

En España, con la llegada de infovía, se abría la posibilidad de que el gran público tuviera internet en sus casas. Los primeros ISPs (proveedores de conexión a internet), como CTV, ofrecían sus servicios en revistas especializadas en informática o a través de tiendas, también de informática. Por lo general, la prestación de este servicio de conexión, venía con un CD (¿o eran disquetes?) de instalación que configuraban, entre otras cosas, tu acceso vía modem para poder tener acceso a ese mundo desconocido que era la red.

Dicha instalación incluía, cómo no, un navegador web, que por aquel entonces no iba preinstalado en los sistemas operativos. Ese navegador web iba siempre configurado con una página web de inicio, por lo general la web del propio ISP.

Para hacer el servicio más atractivo, los ISPs habían creado sus páginas de inicio con acceso a enlaces de interés y a la descarga de software adicional, para hacer más excitante el uso de internet, para promover su utilización, por supuesto. Era la forma, para el recién llegado, de empezar a navegar teniendo unos primeros lugares a donde ir. Es curioso que esta misma idea se ha tratado de replicar, con nulo éxito, en los accesos a internet vía móvil, con experimentos como emoción en Movistar o Vodafone Live! en Vodafone.

Pues bien, estos sitios web de los ISP que estoy mencionando son lo primero que yo identifico como portales, al menos para el caso de España. Siguiendo la definición de la palabra portal, de manera figurativa, en su segunda y quinta acepción, (“2. m. En una casa de vecinos, pieza inmediata a la puerta de entrada que sirve de paso para acceder a las distintas viviendas.” y “5. m. Puerta de la ciudad.”) nos encontramos con que estos sitios eran auténticos portales. Verdaderas puertas de entrada a algo, a un nuevo mundo desconocido e inexplorado.

Acceder a internet, por aquellos primeros tiempos, era sinónimo de acceder a un sitio web en concreto. Al que se abría con tu navegador. Tu portal.

Los primeros directorios y buscadores.

Cuando se comenzó a popularizar más y más el uso de internet y el número de usuarios creció enormemente, se empezaron a hacer conocidos determinados sitios web. Hasta el momento, internet se concebía como una única cosa, como un todo, internet. Por supuesto el número de sitios web creció exponencialmente. A partir de ese momento, no sólo comenzó a ser mucho más complicado mantener los portales de acceso de los ISP, sino que, además, empezó a ser innecesario ofrecer esa puerta de entrada.

Los usuarios empezaban a demandar portales mucho más amplios y especializados que los que podían ofrecer sus ISPs. Así que comenzaron a modificar sus sitios web de inicio con otros sitios web como Yahoo!, Lycos, Altavista u Olé. Estos nuevos sitios web daban paso de forma directa no sólo a muchísimos más sitios web, ¡miles!, sino que, además, permitían localizarlos por términos de búsqueda (¡la repanocha!). Comenzó la auténtica era de los directorios y de los buscadores, y con ella la de los verdaderos portales. Los que se habían concebido de manera natural. Aquellos que la gente elegía para ser su portal.

Los portales como negocio. Los portales de cartón-piedra.

Por supuesto, estos sitios web, los recién nacidos portales, que empezaban a acumular millones de visitas, se convirtieron en muy atractivos para aquéllos que veían una panacea en negocio publicitario. Empresas de inversión comenzaron la compra masiva de estos verdaderos portales, bien para explotarlos, fusionarlos o, simplemente, convertirlos en otros portales más orientados a su negocio.

Cuando el enfoque pasó de la idea de prestar un servicio a la idea de generar beneficio, muchas cosas empezaron a cambiar, para mal. El número de pretendientes de portal creció; se diversificó. Comenzó la batalla de la captación. Internet saltaba a los medios tradicionales por primera vez para intentar convencer. La clave estaba en que portal, lo que se dice portal, de entrada, solo podía haber uno por usuario y por navegador. Ni dos ni tres. La página de inicio es la página de inicio. Es única. Dura competición se avecinaba.

Pero, por supuesto, al usuario no se le debía convencer con publicidad, sino con utilidad. Y la verdad es que estos nuevos sitios web, artificiales y enfocados a hacer negocio, como Terra, no convencían a casi nadie. Salvo a aquéllos que creían que iban a funcionar, que iban a hacer negocio porque sí. Yo nunca, jamás, lo creí. Nunca vi tal negocio.

Cuando Terra era Olé, era un directorio útil y exitoso. Cuando Terra fue Terra, se convirtió en un pastiche de información y banners que relegaban la opción de búsqueda a un minúsculo espacio. Pasó a ser algo engorroso, espeso, cargante, lento, inútil en definitiva.

Los portales comenzaban a morir.

Una estocada más fue la expansión de los navegadores preinstalados en los sistemas operativos, como Windows, que ya se encargaba de que la página de inicio fuera de Microsoft. Los portales regalaban CDs con software y cosas, con la idea de modificar esa dichosa página. Se asociaban con ISPs, o eran a su vez ISPs, como Terra-Teleline, con ese mismo propósito. La idea era obligar al usuario a empezar por su portal.

Craso error. Que poco sabían de este nuevo medio.

Pero lo que terminó de matar a los portales es que internet se convirtió en una herramienta de uso tan popular y tan familiar que ya no asustaba. No hacía falta adentrarse a navegar de la mano de un portal. Perfectamente el navegador podía abrirse con una página en blanco ¡No pasaba nada! El usuario ya se encargaba de teclear el nombre del sitio web al que quería ir (¡Conocía tantos!), generalmente un buscador, pero tampoco era necesario que fuera así.

La resaca de los portales ¡Ponga un portal en su casa!

Claro, durante esas épocas se habló tanto de portales, y fue durante tanto tiempo, que la palabra caló.

Portal pasó a ser sinónimo de sitio web grande, importante, caro.

Y ahí es cuando empezó el mal uso del término. Era más apetitoso ofrecer a un cliente un portal que un vulgar sitio web. Portal sonaba a eso, a importante. Claro, el sitio que te vamos a vender es tan caro por ser un portal. “¡Ah!, ¡bueno!, ¡si es un portal sí!”

También los clientes empezaban a pedir portales. Claro. Su empresa, institución, asociación, no iba a ser menos, ¡si la de al lado tenía un portal! ¡Ellos también querían uno!

Llamar portal a su nuevo y flamante sitio web era una forma de justificar el gasto. Una forma de darse importancia a si mismos. De sentirse importantes.

¡Suena tan rimbonbante! ¡Si es que te llena la boca diciéndolo: Poooortaaaal.

Los portales originales estaban muriendo o, prácticamente, estaban todos muertos. La resaca de la burbuja ya casi había pasado. Pero el término portal, ya completamente prostituido, por algún extraño motivo, seguía “sonando bien” en determinados ámbitos.

Es curioso, después de la burbuja, portal tendría que significar casi un insulto. Sin embargo, a mucha gente le seguía pareciendo atractiva la palabra (será que no se habían enterado de nada).

Muchas veces, los que nos dedicamos al desarrollo web, y yo me incluyo, hablamos de sitios web tipo portal cuando nos queremos referir a un sitio con mucha información, muchas páginas, muchos enlaces, mucho todo. Pero soy de la opinión de que deberíamos ir desterrando para siempre este término que, en realidad, no aporta ni dice nada, más bien confunde y engaña.

¿Portales a día de hoy?

¿Se puede hablar hoy en día de portales? Yo casi que diría que no. Se puede hablar de buscadores megapopulares, como Google; está bien. Pero son buscadores. Su esencia es la búsqueda. Efectivamente, por definición, como veíamos antes, cumplen verdaderamente como sitios de acceso al resto de la información. Pero la idea de portal me parece desfasada, de otra época, de la éra de la internet inexplorada. Hoy en día, más que portales, los buscadores son ventanales, escaparates que dejan ver todo. Internet ya no es un lugar salvaje a explorar, internet está al alcance de todos, como el mostrador de cristal de una pastelería. Quiero ése, quiero aquél.

También, por supuesto, se puede hablar de sitios preferidos, los que siempre tecleamos nada más sentarnos en el ordenador, como la web de un periódico, por ejemplo. Per, en absoluto, son portales.

Algunos, ¡muy pocos!, como Yahoo! sobrevivieron con una idea muy similiar a la inicial. Pero los portales, a mi entender, no son más que dinosaurios del pasado.

Este artículo tiene 4 comentarios y hay un blog que lo referencia.

Categorizado en: Desarrollo Web, Internet.

Hay 4 comentarios en “Portal vs. sitio web. Breve historia de los portales (¡y de internet!)”

  1. maeghith dijo:

    19 de August de 2007

    Si no se les puede llamar portales, es por que se les llama páginas personalizadas: myYahoo, iGoogle, netVibes,…

    Vienen a ser lo mismo que antes (tienes el horoscopo, las noticias, el tiempo, algunos enlaces, etc… en la página inicial), pero igual que “la página de inicio la elige el usuario”, ahora es el usuario el que llena el “portal” con el contenido que quiere (y somos libres de poner yahoo news en iGoogle, o google news en myYahoo).

    De hecho históricamente la tecnología sobre la que se basan estas páginas personalizadas (RSS) la creó Netscape para su portal “My Netscape” en 1999. Lo que vendría a ser otro motivo más para llamarlas portales (a las páginas de antes).

    PD: sería como llamar página personal (tipo geocities) a un blog: un cambio de nombre al pasar de la web 1.0 a la web 2.0, pero básicamente el concepto fundamental es el mismo. Y como dijo un gallego “el concepto es lo importante” XD

  2. julio dijo:

    20 de August de 2007

    maeghith: Tienes razón, se me escapó ese importante detalle en mi “relato” :-) Sitios como myYahoo! e iGoogle han apostado por la personalización para convertirse en esa página de inicio única que eran los portales. Como dices, pasaríamos a hablar de las páginas personalizables como los portales 2.0.

    No sé por qué, pero a pesar de ser usuario asiduo de herramientas como Google Calendar, a mi no me ha enganchado en absoluto el iG. Entre otras cosas, ¡por esa horrible URL! (mil veces más practica el subdominio my de myYahoo!)

  3. mariel dijo:

    3 de September de 2007

    reseña historica de yahoo

  4. 4 de August de 2009

    Gracias por esta fabulosa explicacion, tengo como 5 dias que esta pregunta me traia loco, cual es la diferiencia entre portal y pagina web.

    Me quedo muy claro

    JOnathan Mendez
    http://www.seamosuno.org

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