Comentaba, cuando se confirmó la presencia de Tantek Çelik en Fundamentos Web 2007, que el tema de los microformatos me presentaba numerosas dudas. Las mismas que estoy seguro presentan a más de uno. Y no solamente en cuanto a cuestiones técnicas sobre su utilización, que también, sino a la idea global entorno a este proyecto, sus pros y sus contras y el conflicto planteado con el W3C.

¡Demasiadas dudas!

Tras un periplo de más de un año de relación amor/indiferencia, desde que por primera vez prestara verdadera atención a los microformatos (durante el taller de Fundamentos Web 2006), ahora lo veo todo muchísimo más claro. Para lo bueno y para lo malo.

En primer lugar quiero comentar que el taller ha sido el más práctico de los celebrados hasta ahora en Fundamentos Web, hasta el punto de que teníamos ejercicios para hacer durante el mismo. Desde luego una experiencia didáctica de agradecer en contraste con lo poco didáctico del wiki. El wiki es estupendo para aquellos que quieran colaborar en el desarrollo de microformatos, e igualmente válido como contenedor de las especificaciones. Pero para alguien que no le vaya la vida en ello, y que quiera solamente poner en práctica, y quizás trastear un poco, con eso que ha oido de los microformatos, es un auténtico coñazo.

Tener la posibilidad de tener delante a Tantek Çelik para bombardearle a preguntas es desde luego la mejor manera de despejar, tanto las dudas técnicas, como las puramente “ideológicas”.

Desde el punto de vista técnico, el taller fue de nivel básico, y para mi fue de agradecer. Realmente se trató de una introducción a microformatos. Tantek partió de cero y explicó como se conforman los microformatos que entiendo son más básicos y populares hCard, hCalendar, hReview y XFN. La conclusión que saqué es que son mucho más sencillos y fexibles de lo que imaginaba, vamos, lo que me decía Luis Villa (hombre de poca fe, yo). Quizás había tenido la impresión contraria precisamente por lo que comentaba antes, por lo estricto del wiki, e incluso por alguna incongruencia que había encontrado en el hCard creator. Había llegado a pensar “esto no lo entiendo”, cuando lo que ocurría realmente es que el hCard creator tenía un bug, olvidándome de que esto de los microformatos es algo que está empezando, y por tanto pueden ocurrir estas cosas. Desde luego, también me hizo pensar ¿Cuánta gente hay de verdad detrás de todo esto, si un bug tan claro está al descubierto durante tantos meses?

Respecto a la flexibilidad, para mi fue toda una sorpresa. Tenía la idea de los microformatos como estructuras en cierta forma rígidas, y en absoluto es así. De hecho, descubrir esa flexibilidad es lo que ha provocado que vuelva a entusiasmarme verdaderamente.

En definitiva, en ese aspecto, no se pierde nada por ponerlos en práctica, ya que no atan a una estructura rígida. Y por contra se puede sacar partido de las herramientas que se están produciendo, como Operator o Tails Export. Además, los rumores (más que rumores) durante Fundamentos Web, donde había gente tanto del equipos de Firefox como del de Opera, fueron que en las próximas versiones ambos navegadores van a incorporar herramienta que harán uso de los microformatos. Por supuesto de IE no se sabe nada, pero teniendo en cuenta que en muchas materias IE lo único que hace es copiar a Firefox, y que además Molly E. Holzschlag, ponente en Fundamentos Web 2006 y defensora de los estándares así como de los Microformatos, sorprendentemente entra a formar parte del equipo de Microsoft, podríamos llevarnos una sorpresa. De ser así, los Microformatos se consolidarían definitivamente, casi con toda probabilidad.

Respecto a cuestiones más polémicas: W3C vs microformatos, o microformatos vs W3C o seguidores de microformatos vs W3C, o …, como quiera que se plantee. Sobre eso no se comentó nada en los foros públicos. Pero el observar a Tantek y a los chicos pro-microformatos me ayudó a hacerme una idea respecto a su actitud e intenciones.

En mi opinión la gente de microformatos, y por lo poco que he visto, no quiere entrar en confrontación. Tratan de hacer una pequeña revolución, que de momento están consiguiendo, aportando soluciones hoy, a necesidades que se plantean hoy. Lo que ocurre es que pienso que hacer una revolución en cierta oposición a alguien que no es el enemigo ha de hacerse con toda la cautela del mundo.

Porque el W3C no es el enemigo, aunque parece crecer el número de opositores. El W3C no frena el desarrollo de internet. El W3C facilita el correcto y ordenado desarrollo de internet. Nadie dice que sea fácil. El W3C vela por que la web sera realmente World Wide. Y eso no es nada fácil, señores. Es un proceso lento y complejo, y a medida que se toman en cuenta más y más factores, más lento y complejo de vuelve. Pero no por ello hay que darle la espalda. Hay que apoyarle. Y si necesita mejoras, hacerlo, pero aportando desde dentro, no buscando alternativas.

Hacerlo dicho proceso a la ligera supondría que en un futuro habría que rectificar muchas cosas, y sería mucho, muchísimo, más complejo y traumático. Incluso irrealizable, y por tanto irreparable.

No hay que olvidar, que en este caso, el enemigo es otro y que pueden surgir más. En los últimos años, gracias a los estándares creados por el W3C, la proliferación de agentes de usuario que los respetan y el cierre de filas de desarrolladores entorno a ellos, se he conseguido doblegar al mayor de los peligros, para que vuelva a la senda de lo correcto. Ha vencido el poder de la unión, frente al gigante todopoderoso.

Pero no podemos bajar la guardia. No podemos dividir fuerzas, ni erosionar a una institución a la cual debemos respeto y debemos proteger.

Dicho esto, ¿Qué opinión me merecen los microformatos? ¿Estoy en contra de los mismos por ser una iniciativa semi-estandarizadora fuera del ámbito de la institución?

Pues si, y no. Por un lado es cierto que aportan soluciones “inmediatas” para necesidades actuales. Y sí, en cierta manera no van contra W3C porque no van contra los estándares. De hecho, promueven la semántica y el uso de estándares. Pero ¿Hasta que punto es positivo promover un pseudo-estándar sin el auspicio y la aprobación del W3C? Pero no me refiero con ello a una aprobación paternal, o cuasi-mafiosesca. Me refiero evidentemente al análisis y el estudio profundo que algo tan importante requiere. Al finalizar el taller, Carlos me comentaba alguna de las miles de posibles complicaciones existentes con los microformatos. Por ejemplo con hCard. Es cierto que la gente de microformatos ha tenido la prudencia de basar su hCard en un estándar previamente existente, el vcard. Y eso es positivo, no van a lo loco inventando todo desde cero. Pero lo que no es tan positivo es basarse en un estándar de 1998, que necesita probablemente de muchas mejoras, y por tanto promoverlo y difundirlo hoy en 2007, quizás incluso provocando con este empujón que se prolongue su existencia. Ahí está uno de los peligros. Carlos me ponía como ejemplo la serie de artículos de Richard Ishida, máximo responsable en W3C en materia de internacionalizaición, personal names around the world donde, de soslayo, expone la dificultad de encajar en vcard (y por ende en hcard) los nombres personales en diferentes lenguajes y culturas.

No hace falta profundizar demasiado para detectar esto. Ante alguna de mis dudas, que plantee a Tantek, (por ejemplo, diferenciación entre nombre comercial de una empresa y razón social) encontré varias preguntas sin respuesta o con respuestas semi-improvisadas. Imaginemos entonces que pasaría si alguien como Richard Ishia se pone a enumerar todos los problemas posibles de internacionalización en microformatos.

La pregunta que surge por tanto es ¿Puede entonces un grupo de amigos reunirse y dedicarse a crear pseudo-estándares que pueden convertirse en el futuro en estándares de facto? La respuesta es: evidentemente no.

Así pues, y aunque la revolución de los microformatos es de verdad de agradecer, siendo todo lo útiles que pueden llegar a ser. La idea debería ser siempre la de aunar esfuerzos. Y que todos aquellos con iniciativas parecidas lo hagan siempre dando la mano al W3C y con no mucho mayor propósito que el de aportar y promover ideas. Seguro que siempre que sean buenas el W3C tomará buena nota, las absorverá y/o tenderá puentes.

Por mi parte, ampliaré mi uso de microformatos, porque a pesar de lo expuesto, son y serán verdaderamente útiles. Son ese pequeño gran paso hacia la semántica. Y estaré muy pendiente de todo lo que ocurra. Incluso me encantaría poder tener el tiempo (suspiro) para colaborar en la creación de nuevos microformatos. Pero, si en algún momento tengo que posicionarme del lado de alguien, salvo catástrofe, siempre será del lado del W3C.