Bye bye, iPhone
June 28th, 2008
Soy de los muchos que compré in iPhone fuera. Hace un par de días murió. Parte de la pantalla se ha quedado en blanco, así por las buenas, en un claro un error de hardware. Sabía perfectamente que al traer un iPhone de fuera me exponía a esta situación, así que la he asumido con bastante filosofía. El caprichito navideño de 400 euros, que se dice pronto, me ha durado seis meses.
El caso es que, salvo que Apple quiera, no volveré a tener uno. El dispositivo me ha convencido por completo, y aunque tiene mejoras notables, algunas subsanadas en la segunda generación, es la mejor opción existente para llevar tu mundo en el bolsillo.
Pero claro, yo, y toda mi empresa, somos de Vodafone, algo que no va a cambiar, y Apple, de momento, tampoco va a cambiar su tiránica política de imponerte un operador.
Es ahora, acostumbrado ya al iPhone y desprovisto de la posibilidad de acceder a uno, cuando más siento lo absurdo de esa imposición.
Uno debe poder elegir el dispositivo que le plazca y la operadora que mejor le parezca. No hay excusas, no hay explicaciones que valgan. Es así de simple.
Y en el caso de las empresas el asunto roza el absurdo. Apple pretende reorientar el iPhone hacia las empresas, terreno dominado por Blackberry, con la adaptación a Exchange. Sin embargo, ¿es que alguna empresa va a cambiar de operadora, con el trastorno que ello supone, solo porque a alguien dentro de ella se le antoje un iPhone?
Apple, después de haber estado a punto casi de desaparecer, está viviendo un fulgurante resurgir, debido al éxito del iPod. Pero debería tener muy presente ese pasado cercano, porque a pesar que su legión de fanáticos sí la tienen, el público en general no dispone paciencia infinita. Detalles como la discriminación existente no vendiendo a Canarias y su cerrazón con el asunto del iPhone me hacen ver a la manzana cada vez con menos admiración y sí con más recelo.
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