Somos muchos los profesionales que nos dedicamos a la web que estamos muy descontentos con nuestro panorama profesional. Lo sé, lo percibo, me lo cuentan de todas partes de España (y de fuera de España), lo palpo, lo vivo. Son solo unos pocos los privilegiados que pueden dedicarse a esto de forma llamemósle “cómoda”, lo que podríamos calificar como lo “normal”, en comparación con la situación de otras profesiones más asentadas.

Hoy he leido un artículo de Joan, de Embat Consultors, comentando por qué se valora tan poco nuestra profesión.

Aquí hay un problema muy grande de fondo y que necesitaría de un análisis muy exhaustivo. Algunas cosas las he ido comentado en el blog a lo largo del tiempo, la mayoría han sido simples comentarios.

Pero básicamente, todos lo sabemos, la cosa gira en torno a que el amplio campo del desarrollo web es demasiado nuevo como para que, tanto el mercado como la sociedad, lo hayan podido asumir. Supongo que esto mismo le pasó a los pioneros de todos los campos y profesiones. Con la diferencia de que esta profesión (más bien unión de profesiones) se presta al intrusismo casi más que ninguna otra. Solo hace falta un ordenador y “estar aburrido” para empezar a “dedicarte a esto”. No me imagino, cuando la medicina se iba instaurando, que aparecieran “cirujanos amateur” que hicieran la competencia a los pioneros en la materia. O al menos no me imagino que fueran muchísimos más lo amateurs que los formados en la disciplina, y mucho menos que la sociedad confundiera a unos con otros.

¿Por qué tengo que convencer constantemente a los clientes de que tengo que hacer mi trabajo como yo, conocedor de la materia, dictamino? ¿Por qué tengo que soportar que se contrasten mis conocimientos con el criterio no fundamentado del primero que pase por delante de la puerta diciendo que es “informático”? ¿Por qué tengo que soportar que me digan que mi trabajo es muy caro, cuando la hora de trabajo es la más baja que conozco en comparación con cualquier otro profesional (informáticos especializados en otras materias incluidos)? ¿Por qué tengo que soportar que mis clientes piensen que los proyectos son barra libre, y que por tanto pueden exigir lo que quieran aun sin estar presupuestado? En definitiva, ¿Por qué tengo que educar a mis clientes?

Todo esto son el pan de cada día a día de todos nosotros, profesionales.

No me vale que haya X empresas en Madrid donde se trabaje estupendamente, empresas a las cual por cierto admiro (pero que se pueden contar con los dedos de la mano), para decir que el panorama no es tan malo, o ha mejorado, porque la inmensa mayoría nos estamos moviendo en un submundo que se reduce a tratar de sobrevivir día a día y rebajarnos a competir con incompetentes.

Sinceramente, trabajo en esta profesión por pura pasión, pero tras diez años no he visto demasiadas mejorías en este sentido, y eso es preocupante.

Hace unos años, en un Fundamentos Web, propuse en petit comité la creación de una asociación nacional de profesionales y empresas profesionales dedicadas a desarrollo web. Mi idea no tuvo una acogida muy buena. Hay quien se opuso frontalmente, y a quien le pareció que era necesario, pero sin mucho más entusiasmo. Sé lo difícil que sería crear una asociación de este tipo sin que se convierta en una asociación, o bien sectaria o bien prostituida. Pero hay que hacer algo, eso lo veo muy claro. Hace falta implicación, y hace falta unión. Y lo llevo diciendo unos años.